CAMPEONES DEL MUNDO EN LOS BRAZOS DE SU PUEBLO
Data: 19/12/2006
Por Felipe Silveira
Fotos: Jefferson Bernardes/VIPCOMM
Porto Alegre nunca vio nada igual. Una gigantesca fiesta tomó las calles de la capital para recibir a los campeones del mundo, el día 19 de diciembre de 2006. En el Beira-Rio, cerca de 40.000 colorados recibieron al Inter y conmemoraron intensamente el título del Mundial FIFA, conquistado el día 17 de diciembre, en Japón.
La mayor fiesta popular registrada en la historia de Porto Alegre comenzó temprano. Alrededor de las 9h30min, miles de hinchas aguardaban que se abrieran los portones del Beira-Rio, donde siete horas más tarde los campeones serían recibidos por la masa colorada.

Gigantesca caminata acompañó al Inter por las calles de Porto Alegre
En Canoas, la movilización también tenía grandes proporciones. En las proximidades de la Base Aérea, lugar del desembarque de la delegación colorada, estaban tomadas por hinchas. Casas, edificios y automóviles fueron decorados con los colores del Inter. Fajas en las pasarelas sobre la BR-116 saludaban a los campeones del mundo.

Fernandão exhibe el símbolo de la conquista del Inter de la cabina del avión
El avión que traía al Inter llegó a Porto Alegre escoltado por cazas de la Fuerza Aérea Brasileña y sobrevoló el Beira-Rio antes de aterrizar. La aeronave tocó el suelo exactamente a las 13h12min. En la cabina del avión, dos grandes banderas del Inter flameaban. El primero en desembarcar fue el presidente Fernando Carvalho. Envuelto en una bandera del club, el dirigente saludó a los hinchas presentes en el área militar. Luego enseguida, Fernandão apareció envuelto en una bandera de Brasil con la copa del Mundial FIFA en las manos. "La ansiedad era grande para llegar a Brasil. Con la conquista de un título de estos, tengo que realmente hacer mucha fiesta. Fue sudado, fue duro, contra uno de los equipos más grandes del mundo", declaró el capitán.

Fernando Carvalho desembarca en Porto Alegre después de la conquista en Japón
El técnico Abel Braga descendió del avión con una huincha en la cabeza que traía ideogramas japoneses. Cercado por decenas de periodistas, el entrenador colorado festejó el retorno a Brasil: "Es muy bueno estar de vuelta a Porto Alegre. Más aún después de una jornada victoriosa en Japón", conmemoró.

Abel Braga es recibido por el gobernador Germano Rigotto
La copa más codiciada del mundo quedó bajo la responsabilidad de Clemer. El arquero no se despegaba de ella, mientras militares de la Base Aérea posaban a su lado para sacar fotografías de recuerdo. "Ahora tienen que conmemorar, esta copa también le pertenece al hincha", afirmó Clemer.
Después del desembarque, el grupo recibió un rápido homenaje del gobernador Germano Rigotto, que entregó la medalla 'Mérito Riograndense' a los miembros de la delegación colorada. Rigotto elogió la postura del Inter en el Japón: "El título conquistado por el Inter muestra la fuerza del fútbol gaúcho. Felicito a todos los jugadores por la garra mostrada en Japón", dijo el gobernador en su discurso durante la solemnidad improvisada en la Base Aérea.

Fernando Carvalho recibe la medalla 'Mérito Riograndense' de Rigotto
Enseguida, jugadores y comisión técnica subieron a dos camiones de bomberos para iniciar la caravana hasta el Beira-Rio. Los campeones del mundo dejaron la Base Aérea a las 13h50min. En el primer vehículo fueron los jugadores con la copa del Mundial FIFA. Abel Braga, Fernando Carvalho y los miembros de la comisión técnica fueron luego atrás, en el otro camión.

Campeones desfilaron en un camión de bomberos (Rodney Silva)
Luego en los primeros metros de desplazamiento en la Avenida Augusto Severo, en Canoas, los jugadores pudieron tener noción de la gigantesca fiesta que los acompañaría durante todo el trayecto de aproximadamente 25 kilómetros. Miles de hinchas se amontonaban en el camino que conducía hasta la BR-116 para saludar al Inter. Atrás del camión, una enorme fila de motocicletas y automóviles escoltaba al equipo campeón. En el aire, helicópteros de la prensa y de la Brigada Militar acompañaban la movilización colorada. Ni el calor de 34° perturbaba el entusiasmo de la fanática hincha.

Camión de bomberos con los campeones del mundo fue seguido por miles de colorados por las calles de la capital
Después de la masiva fiesta de los hinchas de Canoas, la caravana ingresó en la BR-116, a las 14h35min, con destino al Beira-Rio. En el camino, decenas de carros se juntaban al convoy, formando un embotellamiento de grandes proporciones. Camiones, automóviles y motocicletas. Hinchas corrían alrededor del camión en el intento de acompañar de cerca la conmemoración de los jugadores. En la entrada de Porto Alegre, el Monumento Lazador estaba totalmente cubierto con los colores del Inter. Luego adelante, en la Avenida Farrapos, una multitud se sumó a la caravana. Todos querían ver de cerca de los nuevos dueños del mundo.

Lazador fue decorado con los colores del nuevo campeón del mundo
La Brigada Militar estima que cerca de 650.000 hinchas se movilizaron para recibir al Inter. A pesar de esto, ningún incidente grave fue registrado. La masa colorada sólo quería conmemorar.
El camión de los bomberos llegó a la Avenida Mauá, en el Centro de la capital ? otro punto con gran concentración de hinchas ? A las 15h30min. Un verdadero mar de colorados tomó la avenida. De las ventanas de los edificios residenciales y de las oficinas, colorados flameaban banderas y exhibían el póster del equipo campeón del mundo. Fajas como 'Abel es Dios' y 'Perdón, Adriano' también podían verse. El Centro paró para ver al Inter pasar.

Mar rojo en la Mauá (Rodney Silva)
Cuando parecía imposible que la fiesta se volviera todavía más grande, una sorpresa más: en la Avenida Beira-Rio, ya a pocos metros del acceso al estadio, una multitud aguardaba el camión que condujo a los jugadores. Con dificultad, el vehículo ingresó al Gigante. Cohetes con más de cinco minutos de duración irrumpieron la tarde portoalegrense. El movimiento en el Beira-Rio era tan intenso como el registrado al final de la Libertadores.

Colorados llenaron el Beira-Rio para recibir al Inter
Dentro del estadio, cerca de 40.000 hinchas protagonizaban un emocionante espectáculo mientras aguardaban la llegada de los campeones del mundo. Shows musicales en un palco armado en el gramado distraían a la masa. Para refrescar a los colorados, los bomberos lanzaban agua a las graderías. El marcado electrónico registraba el resultado Inter 1x0 Barcelona, recordando la histórica victoria de la final del Mundial.

De vuelta a casa: jugadores se encuentran con la hinchada
El Beira-Rio rugía. Porto Alegre estaba parada. Fue cuando, a las 16h33min, surgirían los jugadores por el túnel. La hinchada explotó como si se hubiera metido un gol. En fin, el tan aguardado encuentro ocurrió. Uno por uno, los jugadores fueron entrando al gramado. Al son del himno del club, el Inter fue recibido de forma apoteótica por su fiel hinchada.
Una ceremonia similar a la premiación de la final del Mundial FIFA se realizó en el campo. Cuando Fernandão alzó la copa más importante de los 97 años de historia del club, el Beira-Rio explotó en un solo grito: "¡Es campeón!". Luego, una lluvia de papeles plateados cayó sobre los campeones, fuegos de artificio eran detonados en el centro del gramado. La conmoción tomaba cuerpo en las graderías. Sonrisas, llantos incontenibles y mucha vibración brotaban en el rostro de cada hincha. Todos agradecían por poder vivir un momento tan sublime.

Momento mágico: Clemer alza la copa en el Beira-Rio
Inusitadamente, los jugadores dispararon en dirección a la hinchada Popular, situada detrás del arco del marcador electrónico. Como un agradecimiento al apoyo incondicional prestado durante toda la temporada, los campeones del mundo alzaron la copa frente a los fieles hinchas, que retribuirían cantando el tradicional "Colorado, Colorado, nada nos va separar". La empatía entre equipo e hinchada era plena. El Beira-Rio emanaba una energía única.

Clemer agarra la copa durante la vuelta olímpica en el Beira-Rio lleno
Radiantes de felicidad, los jugadores iniciaron la vuelta olímpica. Próximo al muro que separa el campo de la gradería, los campeones saludaban a la hinchada. Hinchas que estaban en el césped se agarraban a los jugadores. Adriano, autor del gol sobre el Barcelona, era uno de los más asediados. "Nunca viví nada igual. La fiesta es impresionante", afirmó el medio.
Terminada la tradicional vuelta olímpica, los jugadores se postraron frente a la Social, justo abajo de las cabinas de prensa. La cobertura de policarbonato instalada en el acceso al campo se transformó en un escenario improvisado, donde Clemer y Fernandão exhibieron la copa del Mundial para la hinchada. A través de un micrófono, la pareja mandó mensajes para los colorados y estimuló aún más la fiesta en las graderías.

Fernandão (E) y Clemer comandaron la fiesta junto a la hinchada
"Este es un momento único. Somos hinchas, colorados de corazón antes de todo. Este es un regalo de Navidad para todos ustedes", declaró Clemer por el sistema de sonido del estadio.
Con mucha desenvoltura, Fernandão comandó la fiesta con el micrófono: "¡Vamo, vamo, Inter!", cantó el capitán, recordando una de las músicas símbolo del Inter. Enseguida, hizo un discurso emocionado. Los 40.000 hinchas silenciaron para oír el mensaje del ídolo: "Felicidades por la fiesta que ustedes nos están proporcionando. Me aguante el llanto unas diez veces durante la caravana. ¡Ustedes merecen esta conquista!", afirmó.
Rápidamente, los colorados entonaron los gritos de guerra que acompañan la trayectoria de Fernandão en el Inter: "¡Uh, Fernandão! ¡Uh, Fernandão!" y "¡Uh, terror, Fernandão es el matador!". La hinchada gritó el nombre de todos los jugadores que estuvieron en Japón. El presidente Fernando Carvalho también fue recordado durante la conmemoración, así como las jóvenes revelaciones del Inter, Luiz Adriano y Alexandre Pato. Con buen humor, los colorados cantaron una música para el famoso medio atacante del Barcelona: "¡Ronaldinho, vete a la ..! Quien tiene Pato no te necesita", bromeaban.

Fernandão concede autógrafos: un día inolvidable en el Beira-Rio
Incansables, a pesar de las 40 horas de viaje, los jugadores partieron para conmemoraciones individuales junto a la hinchada. Los colorados no apartaban los pies del Beira-Rio. Todos querían aprovechar al máximo el histórico momento. Solamente alrededor de las 18h la multitud comenzó a disiparse, y los jugadores fueron al vestuario. Mientras que por las calles de Porto Alegre, la fiesta prosiguió en el mismo ritmo que había comenzado 10 horas antes. A juzgar por el tamaño de la conquista en Japón y el amor que los colorados nutren por el Inter, la tendencia es que la conmemoración se extienda por mucho tiempo más.